Guatemala 2018

Miércoles14noviembre

Día número 3. Despertar sin lluvia, a diferencia de gran parte de la noche.

Nos encontramos con nuestros amigos pavos ocelados (Meleagris ocellata) paseando por la pista de aterrizaje del helicóptero, el único aparato capaz de llegar hasta aquí.

El Pavo Ocelado no es muy viajero, no se encuentra en ninguna otra parte del planeta que en esta región. Es endémico de la península de Yucatán (el sur de México) y regiones vecinas. ¡Y de hecho, estamos a solo unos 6 kilómetros de la frontera mexicana!

Retomamos los caminos de nuestra exploración maya. La selva tropical tiene su pequeña cuota de curiosidades vegetales, especialmente con los ficus de los que ya no se sabe si se trata de las raíces de un solo árbol o de varios troncos que se unen...

Después de la pirámide del Tigre ayer, aquí estamos en el complejo piramidal de otro animal salvaje: la Danta, el tapir en español. Los diferentes sitios de El Mirador son los vestigios de una verdadera ciudad. Los mayas que vinieron a establecerse en medio de esta inmensa selva alrededor del siglo VI a.C., buscaban la tranquilidad alejándose de otros pueblos que vivían más al norte en México. Pero este aislamiento fue también la razón del abandono del sitio: alrededor del siglo II de nuestra era, los habitantes prefirieron regresar a la civilización "moderna" de la época. Se intentó un regreso en el siglo VIII, pero fracasó de nuevo dos siglos después.

Fue en 1926 cuando el sitio abandonado fue redescubierto por primera vez. Pero no fue hasta 1962 cuando los arqueólogos regresaron para explorar y estudiar realmente el sitio. Las diversas estructuras de piedra aún no han sido completamente desenterradas de siglos de acumulación de tierra.

Los científicos no trabajan aquí permanentemente, sino solo unos pocos meses al año.

Las pirámides de El Mirador suelen seguir el mismo esquema: una gran plataforma alberga la base de una gran pirámide que a su vez recibe 3 pirámides más pequeñas. Aquí está la escalera para llegar a las 3 pirámides de la Danta.

Los frutos de una palmera bambú Chamaedorea.

Algunas escaleras de madera añadidas para acceder a la última cima y superar las copas de los árboles sumergidas en la niebla del dosel.

Puntos geodésicos colocados en 1968 y 2006 sellados en la roca.

Vaya... ¿Se pasean estas pequeñas criaturas un poco lejos del campamento de vez en cuando?  

La lluvia empieza a intensificarse. ¡Es hora de volver bajo los árboles!

De vuelta al campamento bajo la gran lona que protege la cocina y el "comedor" de la lluvia, que parece haberse invitado para todo el día...

Mi cantimplora Katadyn me sigue acompañando. Gracias a ella y a sus filtros, puedo beber inmediatamente cualquier agua dulce que ponga dentro.  

Un pequeño descanso antes del almuerzo...

15h. Las nubes han decidido rociar toda la zona del mirador, así que desafiamos la lluvia y los caminos "húmedos" para nuestra última tarde de exploración.

Aquí estamos frente al complejo Garra de Jaguar, con las pirámides más decoradas.

La máscara de estuco del Jaguar. Todavía quedan en algunos lugares la pintura roja que decoraba las pirámides.

Los frisos de estuco alrededor del antiguo depósito de agua.

En los bajorrelieves de estuco (revestimiento a base de cal), las supuestas divinidades que se pueden encontrar en la "biblia" maya: el Popol Vuh. Abajo, Itzamma con los rasgos de un pájaro.

Y aquí están los gemelos nadadores con la cabeza decapitada de su padre a cuestas...  

Muchas zonas están cubiertas con lonas, a la espera del regreso de los arqueólogos en unos meses.

Así se presentaba la pirámide pintada de rojo con las máscaras de jaguar a cada lado de la entrada del templo.

Esto es lo que queda del templo en la cima de la pirámide.

De nuevo, los últimos rastros de los colores originales.

Fin de jornada habitual alrededor de las velas que iluminan nuestra comida. Mañana, dejamos El Mirador para regresar al campamento El Tintal donde estuvimos hace 2 días.

Jueves15noviembre

Levantados a las 5 de la mañana para salir a las 6. Después de 2 noches y 1 día de lluvia, los senderos que nos llevaron a El Mirador han cambiado mucho. El suelo, cuando no está inundado, se aglutina bajo nuestros zapatos, y cuando está inundado, no tenemos más remedio que salir de los senderos abriéndonos paso a través de la vegetación.

A veces, no hay más remedio que hacer equilibrios sobre la madera muerta para evitar pisar el agua.

¡Argh! ¡La huella fresca de un jaguar (el otro nombre de la pantera)!!! Y sí, el nombre dado a la pirámide no es casualidad, el gran felino manchado sigue presente en la selva. ¡Luis incluso se cruzó con él dos veces! Afortunadamente, sin confrontación  ... Habría unos 500 individuos en la reserva de la biosfera Maya... ¡Esperemos que no esté buscando comida fresca! Aunque... Para una pequeña foto, no me importaría acercarme a su pequeño hocico...    

Con cada paso, aumento de tamaño. A este ritmo, mi cabeza pronto superará la copa de los árboles y podré volver a ver las pirámides que dejamos atrás...   Las lluvias, por su parte, son intermitentes y nos invitan regularmente a ponernos nuestros bonitos impermeables...

¡Después de más de 6 horas de caminata bastante agotadoras, aquí estamos de nuevo en el campamento El Tintal!

Momentos antes de esta foto, le reclamaba a Luis que, a falta de un jaguar, aceptaría de buen grado poner una serpiente delante de mi cámara... Él estuvo muy contento de llevarme ante este pequeño pero no por ello menos bonito ejemplar, por desgracia completamente muerto...   ¡Se trata de una serpiente Leptodeira polysticta totalmente inofensiva, incluso viva!

Almuerzo de col lombarda.

Luego regresamos a nuestros iglús habituales que Luis está preparando. Pero al salir de la tienda de Christelle, nos pide que nos mantengamos alejados mientras llama a los residentes permanentes que viven aquí... Y al levantar la tienda, descubrimos debajo una serpiente enorme (bueno, casi), mucho más impresionante que la pequeña amarilla de antes, y sobre todo, ¡mucho más viva!  

Este gran reptil es una boa emperador (Boa imperator).

De ninguna manera el okupa se queda aquí toda la noche... Con un trozo de madera en forma de horquilla para inmovilizar la cabeza del reptil, nuestros valientes (pero ya acostumbrados) salvadores intentan capturar a la tenaz boa que se empeña en no dejarse atrapar, levantando tanto la cabeza como la cola de tal manera que es muy difícil saber dónde está su mandíbula...    

¡Misión cumplida, la bestia puede ser acompañada hacia la salida! No estamos en la selva por nada... ¡Entre las arañas y las serpientes, seguro que lo pensaremos dos veces antes de apagar la luz en nuestra tienda!  

Pequeño panorama de la vista del pequeño campamento desde las "habitaciones".

¡Última cena del trek! Mañana por la mañana, salida a las 6 de la mañana para llegar al pueblo de Carmelitas.

Viernes16noviembre

6h, último desayuno preparado por Marina.

Y retomamos la carretera que está en el mismo estado que los caminos del día anterior... A la derecha, pasamos por la primera zona de picnic donde almorzamos el primer día.

Nos llevará 4h30 de caminata, incluyendo las pausas, para acabar con nuestros zapatos de plataforma y los caminos inundados...  

Un tanque de agua anuncia la entrada de Carmelita.

¡Y listo! ¡Hemos sobrevivido a El Mirador! Última tarea: ¡quitar el máximo de barro de los zapatos!  

Y ya que hemos sobrevivido, ¡tenemos derecho a firmar el muro de las celebridades! Lo que hago con el primer marcador azul que encuentro...

Un poco de pollo y arroz no vendrán mal para afrontar las 2h30 de coche que nos quedan para llegar a Flores, donde podremos recoger nuestras mochilas y nuestro coche para ir directamente a El Remate, nuestra próxima parada.