Guatemala 2018

Domingo18noviembre

Despertar temprano con 1 hora de camino para llegar a la entrada de Tikal donde debemos comprar los boletos para poder pasar a la zona protegida. Luego, para llegar al estacionamiento oficial, hay que conducir despacio sin superar la velocidad media de 45 km/h. ¡La hora de salida está anotada en el boleto que se controla a la llegada!   Nuestra media es perfecta y escapamos de la multa... Un pequeño desayuno en el lugar y estamos listos para explorar 2600 años de historia en 16 km² de superficie. En resumen, una "pequeña" visita espacio-temporal al mundo maya durante nuestras próximas 6 horas.

De la familia de los tucanes, este arasarí acollarado (Pteroglossus torquatus) nos acompaña durante el desayuno.

Los senderos atraviesan la zona totalmente boscosa. Pero algunos han sabido hacerse un hueco alrededor de su pequeño espacio vital... Este gran Ceiba o Kapokier (Ceiba pentandra) supera holgadamente a sus congéneres. Hay que decir que también es el árbol sagrado de los mayas.

La ceiba era un árbol muy sagrado para los mayas durante el período Clásico (300-900). Simbolizaba el eje del mundo, el axis mundi. © Wikipedia

Los animales son bastante discretos, pero algunos ruidos de arbustos y una buena búsqueda visual a veces permiten avistar algunas aves. En sus ramas se esconde precisamente una pava crestada (Penelope purpurascens).

Cruzamos directamente el parque de Este a Oeste para luego regresar al estacionamiento, pasando de templo en templo. Comenzamos, pues, por el Templo IV, situado completamente a la izquierda en el plano. Este templo no es tan antiguo (todo es relativo) ya que data del siglo VIII d.C. Es desde allí arriba donde tenemos una de las vistas más hermosas de toda la ciudad.

Al igual que en El Mirador, las pirámides superan el horizonte de la canopia, despejando así la vista sobre un soberbio océano de verdor. El Templo IV tiene 65 metros de altura y es uno de los más grandes del mundo maya.

A lo lejos, también emergen tres pirámides, las dos principales de la plaza central, así como el Templo III a la derecha.

A la izquierda, los templos I y II que se enfrentan en la plaza central. A la derecha, el templo III o Gran Sacerdote.

Una vez arriba, unas rejas impiden el acceso a las salas sagradas que hoy parecen muy vacías...

La plataforma de la pirámide del "Mundo Perdido" a la que iremos más tarde.

Zoom sobre las pirámides I y II de la plaza central.

Nuestra suerte fue estar solo nosotros tres en la cima, lo que no debe ser tan frecuente... Nada como eso para proyectarnos siglos atrás y encontrarnos como por arte de magia junto a los sacerdotes autorizados a llegar hasta aquí en este santuario...

Descenso por la escalera de madera. Instaladas por todas partes, estas escaleras evitan subir los escalones de piedra originales que a menudo están demasiado dañados y son peligrosos para los pequeños turistas... Estas escaleras son también una oportunidad para pasar cerca de algunas aves un poco menos tímidas que otras, como este hermoso momoto de Lesson (Momotus lessonii)...

Continuamos nuestro recorrido que pasa por vestigios más o menos impresionantes, como este Complejo N y sus pirámides gemelas.

Estelas y altares circulares están adornados con grabados que representan al rey Ah Cacao, uno de los soberanos que gobernó la ciudad en el siglo VIII de nuestra era.

La ciudad está en medio de la selva y si su avance no fuera detenido, el sitio sin duda se parecería muy rápidamente a El Mirador...

El Talud-Tablero es un estilo arquitectónico donde alternan pequeñas plataformas (tablero) que sobresalen a lo largo de la pirámide (talud) a cada lado de la escalera.

Detalles de los escalones de piedra caliza.

Detalles de los muros de la pirámide.

La pirámide del "Mundo Perdido" (inspirada en el libro de Conan Doyle, a su vez inspirado en la película de Spielberg Jurassic Park) servía, desde sus 32 metros de altura, como plataforma para observar las estrellas...

Aquí de nuevo, el ascenso por los escalones de piedra está prohibido. Se sube por la escalera de madera.

Desde allí arriba, una hermosa vista despejada del sitio, con el Templo IV, donde estuvimos hace un momento, como punto de mira esta vez.

A la izquierda, el Templo III. A la derecha, la Gran Plaza con los Templos II y I. Desde aquí, también se pueden ver mejor los ceibos (Ceiba pentandra), el árbol sagrado de los mayas, y también el árbol nacional de Guatemala. Los mechones de color óxido son plantas llamadas epífitas porque crecen fuera del suelo, utilizando el árbol como soporte. Y los largos filamentos claros son musgos a menudo llamados "barbas de viejo" (Tillandsia usneoides).

Los templos III y I.

Zoom en el Templo IV. Finalmente, uno cree estar en la cima, ¡pero todavía queda bastante piedra sobre nuestras cabezas!

Panorama del Talud-Tablero y el Templo IV.

Detalle de las plantas epífitas adheridas a los ceibos.

Se han instalado altares contemporáneos para las ceremonias mayas que aún se practican hoy.

Pequeños templos antes de llegar a la Plaza de los Siete Templos.

El interior de una pequeña cabaña.

La plaza se parece más a un pequeño parque arbolado.

Uno de los siete templos.

En los escalones del templo más grande de los siete, frente a lo que queda de una estela y un altar.

Desde la terraza, en la parte trasera de los siete templos.

En la parte trasera de los templos, bajorrelieves que han resistido como han podido el paso de los siglos.

Tikal es también una oportunidad para encontrarse con grupos de turistas de pequeños mamíferos que apenas te notarán, pero que tú, sin duda, notarás con sus colas en forma de periscopio no muy discretas... 

"De naturaleza curiosa, el coatí se acerca a las casas y no duda en visitar los cubos de basura. Amigable, se deja acercar e incluso tocar. Sin embargo, su audacia a menudo le vale ser ahuyentado por los habitantes. Puede ser domesticado fácilmente y se ha verificado experimentalmente que es muy inteligente." © Wikipedia

Además de su periscopio caudal, su larga nariz permanece casi permanentemente pegada al suelo, buscando olores apetitosos como un detector de metales.

Sus garras no retráctiles lo convierten en un excelente trepador de árboles.

Los manjares buscados aquí son grandes larvas blancas que parecen abundar en el suelo. Tan pronto como la presa es detectada bajo tierra gracias a su radar olfativo, el coatí hunde su hocico en el suelo, excavando la tierra para encontrar rápidamente su comida, que es devorada velozmente...

"Las coatíes hembras viven en grupo todo el año, mientras que los coatíes machos son solitarios. Toda la especie se reúne cada seis meses para la reproducción. El coatí emite entonces largos y estridentes gritos para atraer a su futura pareja." © Wikipedia

Aquí estamos ahora en la acrópolis frente al Templo V con sus amplias e imponentes escaleras que conducen a la diminuta entrada.

De nuevo, se ha puesto a disposición un altar reciente para los rituales sagrados.

El templo fue construido en el siglo VII y mide 57 metros de altura.

Un trogón de anteojos amarillos (Trogon caligatus) se toma un momento para posar para mi cámara.  

Nos acercamos a la Gran Plaza, la más conocida de Tikal con sus dos grandes pirámides enfrentadas. Aquí está la parte trasera del Templo II, que se asciende por la parte de atrás con la escalera de madera.

Solo el tercer nivel es accesible y seguro. Lamentablemente, algunas partes de los muros han sido deterioradas por grafitis...

El templo medía originalmente 42 metros, pero las piedras de la cima no resistieron el paso del tiempo e hicieron que el edificio perdiera 4 metros.

El Templo II se llama precisamente Templo de las Máscaras, en referencia a los bajorrelieves visibles sobre nuestras cabezas.

Es sin duda desde este Templo II que es posible disfrutar de la vista más fotogénica del parque. De hecho, frente a nosotros se alza la gran Pirámide del Jaguar (el Templo I), y entre nosotros, la verde Gran Plaza.  

A la izquierda, la Acrópolis Norte, que se amplió con un nuevo templo con cada nueva inhumación de un gobernante maya.

Aquí estamos ahora en la Gran Plaza.

Frente al majestuoso Templo del Gran Jaguar, el Templo de las Máscaras es más robusto.

Se cree que el Templo I fue construido para recibir, incluso se podría decir cubrir, los restos de Ah Cacao (cuyo verdadero nombre era Jasaw Chan K'Awil), quien murió en 734. Su esqueleto fue encontrado bajo tierra, debajo de la pirámide.

Entre los dos templos, un "altar" para las ceremonias contemporáneas.

La Acrópolis Norte y su maraña de templos pequeños y grandes.

Los turistas son mayoritariamente guatemaltecos y no se van sin su foto de recuerdo.  

En la cima, bajo un techo considerable, la sala sagrada está compuesta por tres habitaciones.

El ascenso de la escalera muy empinada y en mal estado está prohibido debido a las caídas de turistas demasiado frecuentes...

Un mojón geodésico al que se adjuntan las longitudes y latitudes exactas de su posición.

Una estela cuyos bajorrelieves son tan elaborados que es difícil reconocer los dibujos...

¡Por fin, escalones de piedra para subir!  

Desde lo alto de la Acrópolis, los dos templos se desafían tanto como se complementan.

¿Eran los mayas gigantes? A juzgar por el tamaño de sus descendientes, diría que no... La grandeza de los escalones sin duda debía ser desproporcionada a la de los difuntos soberanos que reinaron sobre la ciudad de Tikal...

Al otro lado de la Acrópolis Norte, la Acrópolis Central donde la perspectiva sobre la gran plaza tomará otro aspecto.

Al pie del Templo I, se encuentra un campo de juego de pelota que se reconoce por sus gradas enfrentadas. Los jugadores debían pasarse una pelota de tamaño variable hecha de caucho (material sagrado para los mayas). Podían usar para ello las rodillas, los codos, las caderas o los glúteos, evitando tocarla con las manos o los pies. La pelota pesaba hasta más de 3 kg, de ahí el peligro de usar las manos y los pies. Los jugadores también llevaban protecciones para atenuar la violencia de los golpes y, sobre todo, para protegerse al lanzarse al suelo para atrapar una pelota: coderas, rodilleras, yugo (cinturón de cuero). Como en el voleibol, el objetivo era devolver la pelota al campo contrario sin que tocara el suelo." © Wikipedia

La Gran Plaza vista desde la Acrópolis Central.

En la Acrópolis Central, entre otras cosas, se encontraban las casas de los nobles.

¡Arff, hubiera sido una pena no volver a cruzarme con él! Y esta vez, no está escondido detrás de su mamá, ¡pero sigue teniendo su ojo travieso! Este gran bebé mono araña de Geoffroy (Ateles geoffroyi) navega de árbol en árbol bien agarrado a su madre.  

Este imponente templo lleva el nombre de la escena visible en su interior, que muestra a un sacerdote vestido con una piel de jaguar...

Ay, ninguna sala es visitable.   Es difícil darse cuenta de la grandeza de los templos colocados tan arriba en las pirámides.

Vista desde la parte trasera del Templo III.

¡Y uno último para el camino: el Templo 5d 77!  

Antes de abandonar el sitio, un pequeño vistazo a las hormigas que no paran de trabajar mientras los turistas deambulan de pirámide en pirámide... Son hormigas tejedoras (Oecophylla smaragdina) que, como su nombre indica, tejen las hojas entre sí con el hilo de seda producido por sus larvas...   ¡Mañana, retomamos la carretera para llegar a la desembocadura del Río Dulce en la ciudad de Livingston, parte caribeña de Guatemala!